Saltar al contenido

Un luthier es un luthier

Aunque nos empeñemos en lo contrario...

Igual que cada verano, cuando los telediarios se quedan sin noticias importantes, se descubre el verdadero secreto de Stradivari, cada cierto tiempo, resurgen en redes sociales discusiones que más que aclarar, enturbian. En concreto, la cuestión sobre quién puede —o no— considerarse “luthier” parece haberse convertido en un terreno fértil para el debate vacío. Estas conversaciones, a menudo tan encendidas como inconsistentes, se construyen sobre interpretaciones interesadas de definiciones básicas, donde algunos llegan incluso a manipular sutilmente el significado del término recogido por la Real Academia Española.

Según la RAE, un luthier es una “persona que construye o repara instrumentos musicales de cuerda”. Es decir, basta con que alguien construya o repare para que merezca el término. Sin embargo, no son pocos los que insisten en reemplazar falazmente la conjunción disyuntiva “o” por la copulativa “y”, como si esa alteración alterase también la esencia del oficio..

https://dle.rae.es/lutier#RN8UPzR

Esta discusión, además de carecer de base sólida, suele esconder una motivación más personal que profesional: la necesidad de autoafirmación por contraste.

La mayoría de las veces, aquellos que traen a colación la discusión de qué es y qué no es un luthier lo suelen hacer de forma interesada, pues quieren poner de manifiesto que ellos lo son por contraposición a aquellos a los que no les adornan sus propias virtudes.

Así he llegado a escuchar que un constructor de violines llamaba usurpador al guitarrero por autoasignarse el término luthier y argumentaba que entre un guitarrero y un luthier hay “un mundo de barnices” que los separa.

El que construye guitarras atribuye un mal uso del termino al que solo repara y ajusta.

El que ha regularizado administrativamente su situación laboral, ha abierto negocio y cumple religiosamente sus obligaciones con la hacienda publica y resto de legalidades confiscatorias, asegura que no lo es nadie que no ejerza la profesión con estos requisitos previos.

El que se formó en la oficialidad de una escuela extranjera…

Pero estas divisiones no resisten ni el análisis histórico ni el sentido común.

Recordemos que el concepto de luthier, laudero, guitarrero o violero no ha sido nunca estático en el tiempo. Ya en el siglo XVI, las Ordenanzas del gremio de violeros de Sevilla (Rec 1527) establecían que quien aspirase a formar parte del oficio debía mostrar su capacidad para construir diferentes instrumentos:

“que el oficial violero para saber bien su oficio y ser singular del, ha de saber fazer instrumentos de muchas artes, que sepa hacer un claviorgano y un clavezimbano, y un monacordio, y un laud, y una vihuela de arco, y una harpa, y una vihuela grande de pieças con sus atarcees y otras vihuelas que son menos que todo esto, 

 

Además, debía superar un examen ante veedores del gremio, quienes evaluaban la calidad de su obra y su idoneidad profesional. Una exigencia hoy impensable para la mayoría. Nos  sonreimos al constatar que poco hemos avanzado en estos siglos y no vemos qué intereses mueven estas divisiones y que quizás no queden tan lejos aquellos años en los que el acceso a la profesión estaba vedado a los que no fueran cristianos viejos (no conversos)…

que ninguno de los dichos oficiales fufo dichos, ſea obligado a tomar moço, ni lo meta para aprender el oficio, al menos que fea Chrftiano ,y de linage de Chriftianos limpio; y el tal oficial, afsi carpintero,como entallador, como violero, no lo tomen menos de por tiempo de ſeys años,…

Personalmente me gusta considerar por igual a profesionales, entusiastas, restauradores, constructores y estudiosos, sin más exigencia que la pasión y el rigor. Creemos que estas polémicas no hacen sino restar valor al diálogo verdaderamente necesario: el que gira en torno al conocimiento, la conservación, la evolución y la dignificación de nuestro oficio.

Al final, más allá de debates identitarios o burocráticos, cabe decir que podremos sentarnos a perdernos en decidir “qué debería ser y qué no debería ser un luthier” , pero si atendemos a la univoca y poco discutible definición del diccionario de la RAE un luthier es la “persona que construye “O” repara instrumentos de cuerda” sin que se atienda al tipo y naturaleza de los mismos, si solo construye o si solo repara, si se dedica tan solo a barnizarlos, si lo hace de forma profesional o como segunda actividad, si obtuvo el título en escuela homologada o si alcanzó la maestría por el uso, con técnicas clásicas o innovadoras . En definitiva, por muchas vueltas que le demos, un luthier es un luthier.

 

Please follow and like us:
fb-share-icon

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

YouTube
Instagram