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El mito de Espinel y la quinta cuerda

El Verdadero pero desconocido origen del quinto orden de la guitarra

     La figura del poeta y músico Vicente Espinel (1550-1624) es notable por sus contribuciones literarias y su mas que discreta influencia en la música renacentista. Sin embargo, un mito ampliamente difundido atribuye a Espinel la invención del quinto orden en la guitarra. Esta afirmación se basa quizás en un comentario literario de Lope de Vega que aseguraba que Espinel habría sido responsable de añadir el quinto orden a la guitarra. Pero, ¿soporta un análisis histórico esta afirmación? Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el quinto orden ya existía antes de que Espinel pudiera siquiera haberlo influenciado.

El contexto histórico y la guitarra renacentista

     Durante el Renacimiento, la guitarra española era un instrumento popular en la península ibérica, y su evolución se reflejaba en una variedad de tipologías con distintos órdenes (pares de cuerdas). Juan Bermudo, un teórico musical español del siglo XVI, documenta esta variedad en su obra Declaración de Instrumentos Musicales (1555), en la que describe guitarras de cuatro, cinco, seis y siete órdenes. Esta obra, escrita en época tan cercana al nacimiento de Espinel, evidencia que la guitarra de cinco órdenes ya estaba en uso antes de que Espinel pudiera mostrar interés por la música por muy precoz que éste fuese. Bermudo menciona específicamente estos distintos tipos de guitarra, mostrando que la presencia de un quinto orden en guitarras no era una innovación atribuible a Espinel, sino parte de la instrumentación renacentista consolidada en la península.

Otras fuentes: Miguel de Fuenllana

     Miguel de Fuenllana, compositor y vihuelista español, publicó en 1554 su obra Libro de música para vihuela, intitulado Orphenica Lyra, donde se incluyen quince fantasías escritas para vihuelas de cinco y cuatro órdenes. Este dato es crucial para entender que la configuración de cinco órdenes en instrumentos de cuerda ya era conocida y empleada antes de que Espinel pudiera haber influido en su diseño. Así, la atribución a Espinel carece de fundamentos si consideramos estas fuentes musicales contemporáneas, que ilustran una realidad instrumental donde el quinto orden ya formaba parte del repertorio y de la construcción de instrumentos de cuerda.

La propagación del mito: La influencia y el prestigio de Lope de Vega

     La afirmación de que Espinel agregó el quinto orden a la guitarra parece derivar más de una exageración literaria que de una realidad histórica. En La Dorotea, obra publicada por Lope de Vega en 1632, se menciona a Espinel como el responsable de esta innovación.

[…]destos sonetos, y destas nuevas décimas o espinelas que se usan_ perdóneselo Dios a Vicente Espinel que nos trujo esta novedad y las cinco cuerdas de la guitarra, con que ya se van olvidando los instrumentos nobles[…]

     Lope de Vega, conocido como el “Fénix de los Ingenios”, tenía una autoridad literaria que hizo que esta afirmación fuera tomada como una verdad irrefutable. Sin embargo, Lope de Vega era ante todo un literato y dramaturgo, y no un historiador de la música o un luthier. Su comentario debe interpretarse en el contexto de una licencia poética o como una forma de honrar la fama de Espinel como músico, más que como una constatación histórica.

La popularidad de Espinel y la confusión posterior

     El mito puede haberse alimentado del prestigio que Espinel tenía como poeta y músico en su época. Y a falta de fuente primaria, otras fuentes corroboran el hecho, pues es frecuente en su poesía traer la música a colación en términos que parecen exigir conocerla de cerca y no como algo ajeno. De este hecho hasta Cervantes se hacia eco en unos versos que dedicara a elogiar a D. Vicente en 1585:

Del famoso Espinel cosas diría
que exceden al humano entendimiento,
de aquellas ciencias que en su pecho cría
el divino de Febo sacro aliento;
mas, pues no puede el de la lengua mía
decir lo menos de lo más que siento,
no digo más, sino que al cielo aspira,
ora tome la pluma, ora la lira.

     Espinel, con su dominio de la guitarra y su popularidad, probablemente usaba una guitarra de cinco órdenes, contribuyendo sin duda a la visibilidad de este tipo de guitarra. Sin embargo, ser un intérprete destacado no equivale a haber diseñado o inventado una característica del instrumento. La confusión radica en la tendencia a asociar el uso o promoción de un instrumento con su invención, especialmente en un contexto en que las distinciones entre creación y adopción de innovaciones no siempre se documentaban con precisión.

Conclusión: Espinel en la organología de la guitarra

     A la luz de los estudios más escrupulosos de los registros documentados en obras como las de Bermudo y Fuenllana, es claro que el quinto orden en la guitarra renacentista ya existía antes de la época de Vicente Espinel. La atribución a Espinel de esta invención parece ser, en última instancia, una leyenda perpetuada por el prestigio literario de Lope de Vega, cuyo alcance cultural hizo que una anécdota se transformara en mito. Espinel, sin duda, fue  músico e intérprete notable de su tiempo, pero su contribución al desarrollo físico de la guitarra debe entenderse en términos de interpretación y popularización, no como invención.

     Con esta revisión histórica, se busca honrar tanto la figura de Espinel como la verdad histórica sobre la evolución de la guitarra, recordando la importancia de las fuentes primarias y de los estudios en organología para desentrañar los orígenes de nuestros instrumentos tradicionales.

Fuentes:
32 microrrelatos musicológicos. (Oscar Battaglini Suniaga).

 

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